jueves, 17 de febrero de 2011

Chile: La batalla por un medioambiente libre de carbón


La generación de energía en nuestro país y su impacto ambiental sigue siendo un tema polémico entre aquellos que defienden el desarrollo sustentable, y quienes impulsan la instalación, por ejemplo, de centrales generadoras de energía que fucionan a base de carbón. Un caso relevante de esta situación es la termoeléctrica Castilla que, según los ecologistas, en la práctica fue aprobada cuando se le cambió el estatus de "contaminante" a "molesta".

La generación de energía en nuestro país y su impacto ambiental sigue siendo un tema polémico entre aquellos que defienden el desarrollo sustentable y los que ven de manera imperiosa la implementación de un sistema que impida que nuestro país se apague, tal como lo indicó la ex Secretaria Ejecutiva de la Comisión Nacional de Energía y consultora María Isabel González, quien señaló que “no por sacrificar al entorno se va a sacrificar al ser humano.”

Esta situación genera molestia entre todas aquellas organizaciones que buscan defender el medio ambiente del impacto que puede generar en Magallanes, por ejemplo, las minas de carbón en Isla Riesco, proyecto aprobado en su primera fase y que contempla la instalación del yacimiento Invierno cuya contaminación afectará al sector por diversos flancos, como el polvo de carbón dispersado en el ambiente, el agua de lastre generado por los buques de transporte y la deforestación de árboles nativos como Lenga y Coihue.

Este problema no sólo se vive en el sur, la confrontación ambiental también se vive en el norte gracias a la amenaza de iniciativas como la termoeléctrica Castilla que prácticamente fue aprobada según los ecologistas cuando este jueves se bajó su calificación a la categoría de “molesta” por el Seremi de Salud de Atacama, Nicolás Baeza.

“Ese proyecto está en evaluación todavía, lo que tenemos que garantizar como nueva institucionalidad ambiental es que todos los proyectos se desarrollen cumpliendo la legislación ambiental con las medidas de mitigación y compensación adecuadas, y además garantizar que si el proyecto se aprueba, fiscalizar que todos los compromisos ambientales se cumplan. Nosotros apostamos por un desarrollo sustentable como ministerio y para eso necesitamos que se concreten proyectos, pero no a cualquier precio”, señaló María Ignacia Benítez, ministra del Medio Ambiente.

En la otra esquina, la presidenta del Movimiento de Defensa del Medio Ambiente Rosa Rojas afirma que “Castilla es un gran desastre ambiental, es grave. En Chile hay miles de fórmulas que podemos usar para producir energía, incluso según expertos españoles que han venido al desierto de Atacama, podemos hasta exportar energía a los vecinos”.

Según Flavia Liberona directora Ejecutiva de fundación Terram, existe una “campaña del terror” en el sentido de que los chilenos podemos quedarnos sin energía pese a su consumo minoritario, ya que el porcentaje mayor se lo llevan aquellas entidades motivadas por el lucro y que no son limitadas rigurosamente por parte de las autoridades.

“Chile no cuenta con una política de generación eléctrica de mediano y largo plazo, lo que hace que estemos improvisando todo el tiempo y bajo amenaza que no va a haber electricidad para las personas. Eso es un error porque el país ya tiene proyectos aprobados y en construcción que garantizan el suministro de energía eléctrica por varios años”, explicó la ambientalista.

En Chile las organizaciones ambientalistas tienen ciertas escalas de medida respecto a las instalaciones que causan mayor daño como las termoeléctricas y que según Juan Pablo Orrego del Consejo de Defensa de la Patagonia, se utiliza esta tecnología antigua sólo en Latinoamérica ya que los mismos dueños de estas empresas, en España, por ejemplo, trabajan en la generación de una energía limpia sin este tipo de combustibles bajo la premisa de “el futuro de los hijos de nuestros hijos”

Esta postura es respaldada por la agrupación Greenpeace que dentro de sus objetivos tiene la eliminación del carbón como generador de energía, pues ya estaría causando profundos estragos a nivel ambiental.

“Vamos a seguir trabajando por tener una política pública específica que abandone el uso del carbón en la matriz eléctrica porque lo único que estamos generando es más contaminación, más incertidumbre”, afirmó el coordinador de la camapaña Simón Leiva.

Las organizaciones defensoras del medioambiente coinciden en que detrás de la generación de recursos y específicamente la energía existe sólo una mirada política y sobre todo empresarial que cambiara el destino ecológico de nuestro país.

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