lunes, 23 de agosto de 2010

Chile puso en venta su alma para las generadoras de energía


Los vientos suaves que limpian la mente ya no confortan. La ansiedad reina ahora, por toda la comuna, afectando gente de mar, pobladores y agricultores.

La empresa Suez-energy siniestramente y sin descanso hace su lobby promoviendo su proyecto Central Termoeléctrica Barrancones; como un ejército invasor pretende vulnerar comunidades sencillas y destruir formas de vida, tradiciones y costumbres.

Los impactos de una termoeléctrica quemando carbón no se limitan a afectarcomponentes o elementos específicos del Medio Ambiente, ni son lineales, ni de manifestación inmediata. Son de carácter sistémico de larga duración, gradualmente cumulativo y cíclico.

La cuantía de los daños puede ser de una inmensa magnitud y de difícil cuantificación.

Las empresas energéticas tienen aliados poderosos en el Gobierno de Chile y están infectadas por una codicia escandalosa.

La Reserva Marina y Reserva Nacional Pingüino de Humboldt Islas Choros-Damasquedarían a 20-25km. viento abajo y corriente abajo de la central proyectada por la Suez con una potencia de 564 Mw. Estas islas son indispensables cuando se trata de biodiversidad, eco-turismo, actividades sustentables de pescadores y puntos de equilibrio para el ser humano. Observando las siluetas veloces de los delfines en el agua transparente uno se da cuenta de la importancia de este “Galápagos Chileno”.

Y es la única transparencia que vamos a ver puesto que el proyecto Barrancones en el Sistema de Evaluación es un tema turbio y ensañado. Tan turbio como los derrames de hidrocarburos que amenazan ecosistemas marinos. El carbón impregna y socava el ecosistema en la misma manera que las grandes corporaciones han impregnado y socavado nuestro sistema político, con igualmente devastadores resultados.
Los intentos desesperados de la Suez en promover su proyecto, ofreciendo viajes a los Consejeros Regionales con poder de voto en la COREMA de la Región de Coquimbo, a concejales de la comuna de La Higuera, cursos de INACAP pagados por la empresa y visitas al presidente Piñera en la Moneda a puertas cerradas, son como el humo contaminante que saldrá de las chimeneas de la central, prometiendo progreso y desarrollo pero asegurando la degradación ambiental como visto en Tocopilla, Mejillones, Huasco y Ventanas.

Esta es la amarga realidad del presente chileno, un período en el que grandes empresas han cimentado una alianza poco ética con el Gran Gobierno contra los intereses de los chilenos que dan la vida a este país.

La respuesta del gobierno y el público en general a este escándalo a manos de una empresa extranjera y políticamente conectada ha sido vergonzosamente tibia: ni en la Ley Sobre Bases Generales del Medio Ambiente 19.300 ni en el Reglamento del Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental se prohibe la inyección de dinero, beneficios y viajes por empresas que tienen un proyecto en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental.

Suez-energy cuenta sus ganancias en los miles de millones, y, por lo tanto, es importante. Parece que una comuna chica y pobre, pero rico en recursos naturales como La Higuera, no es importante.

No ha habido proyectos de desarrollo adecuados en la comuna y los gobernantes tienen su cuota de responsabilidad.

Proteger la biodiversidad es riqueza, su destrucción es pobreza.


Paola Vasconi Reca
Ingeniera Geofísica
Coordinadora Programa de Medio Ambiente
Terram
http://www.terram.cl/



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